El gobierno militar de Myanmar terminó el jueves oficialmente el estado de emergencia impuesto hace más de 4 años.La medida señala planes para celebrar elecciones nacionales a fin de año, aunque los grupos de oposición han prometido boicotear la encuesta, que muchos creen que afianzará aún más el management militar.El líder de la junta Min Aung Hlaing firmó una orden el jueves cancelando la regla de emergencia que comenzó en febrero de 2021 cuando los militares expulsaron al gobierno electo de Aung San Suu Kyi. En ese momento, los generales reclamaron un fraude generalizado en las elecciones de 2020, que la Liga Nacional de Democracia de Suu Kyi había ganado en un deslizamiento de tierra. Nunca se proporcionó evidencia de fraude.“El estado de emergencia es abolido hoy para que el país celebre las elecciones en el camino hacia una democracia multipartidista”, citó el portavoz de Junta Zaw Min Tun a la agencia de noticias AFP. “Las elecciones se llevarán a cabo dentro de los seis meses”, agregó.A pesar del anuncio, Min Aung Hlaing sigue siendo el jefe de las Fuerzas Armadas y el presidente interino, consolidando su management sobre las estructuras políticas y militares del país. “Ya hemos aprobado el primer capítulo”, dijo Min Aung Hlaing durante un discurso en Naypyidaw, informó a la nueva luz international de Myanmar. “Ahora, estamos comenzando el segundo capítulo”, dijo a los miembros del Consejo Administrativo de la Junta durante una “ceremonia honoraria”.El ejército ha formado un nuevo “Gobierno de la Unión” y una “Comisión de Seguridad Nacional y Paz” separada para supervisar la defensa y administrar las elecciones. Ambos cuerpos están encabezados por Min Aung Hlaing.Aunque no se ha anunciado una fecha de votación exacta, se están realizando preparativos, incluido el registro de partidos y la capacitación en máquinas de votación electrónica.Los grupos de oposición, incluidos los ex legisladores expulsados del golpe, se han comprometido a boicotear las elecciones. Las preocupaciones de seguridad pueden limitar aún más la credibilidad de la encuesta. El año pasado, un censo no pudo recopilar datos de alrededor de 19 millones de 51 millones de personas de Myanmar, citando limitaciones de seguridad. El ejército ha advertido sobre hasta 10 años de cárcel para cualquier persona que interrumpiera el proceso electoral.Mientras tanto, la junta ofrece recompensas en efectivo a los rebeldes que aceptan rendirse y “regresar al redil authorized” antes de la votación.