El presidente Donald Trump ha reclamado la libertad religiosa bajo ataque en Estados Unidos, ya que los críticos dicen que está erosionando la separación de la iglesia y el estado.
Los trabajadores federales de los Estados Unidos, incluidos los supervisores, pueden intentar persuadir a sus colegas para que se unan a su religión, según una nueva directiva del director de la Oficina de Gestión de Private de los Estados Unidos.
El memorando enviado por el jefe de la agencia, Scott Kuper, cita el lunes la libertad constitucionalmente protegida de la discriminación religiosa para justificar la política, enmarcándola como parte de la administración del último esfuerzo del presidente Donald Trump para proteger la libertad religiosa.
Los críticos han acusado a la administración Trump de buscar políticas que corroquen la separación de la iglesia y el estado en los Estados Unidos, al tiempo que elevan el cristianismo sobre otras religiones.
Si bien el memorando describe algunas prácticas comúnmente aceptadas como permitir que los empleados federales rezen en la fuerza laboral o usen atuendos religiosos, lleva un paso más allá de decir que los trabajadores pueden participar en “intentar persuadir a otros de la corrección de sus propios puntos de vista religiosos”, siempre que “tales esfuerzos no se acosen en la naturaleza”.
Eso también puede incluir alentar a los compañeros de trabajo a rezar “en la misma medida en que se les permita alentar a los compañeros de trabajo a participar en otras actividades personales”.
La nueva orientación de OPM asegura que el lugar de trabajo federal no solo cumple con la ley, sino que acoge a los estadounidenses de todas las religiones. Bajo @PotusEl liderazgo, estamos restaurando las libertades constitucionales y haciendo del gobierno un lugar donde las personas de fe son respetadas, no marginadas …
– Scott Kupor (@skupor) 28 de julio de 2025
“Los derechos constitucionales de los supervisores para participar en tales conversaciones no deben distinguirse de los empleados no supervisores por la naturaleza de sus roles de supervisión”, dijo la Directiva, al tiempo que agrega que los empleados no pueden ser castigados por pedir no tener la conversación.
El memorando también describe comportamientos aceptables para los empleados federales que interactúan con el público, diciendo que la expresión religiosa no debe estar “limitada por el lugar o el oyente”, al tiempo que señala que las declaraciones hechas al público “de conformidad con sus deberes oficiales” no están necesariamente protegidas por la constitución de los Estados Unidos.
Como ejemplo, el memorando dijo que un guardabosques del Parque Nacional que dirige una gira pública “puede unirse a su grupo de giras en oración” o que un médico del Hospital de Asuntos de Veteranos “puede rezar por su paciente para recuperarse”.
La administración Trump ha reclamado repetidamente un asalto a la libertad religiosa en el país, que ha prometido contrarrestar.
En febrero, Trump, a través de la acción ejecutiva, lanzó un “grupo de trabajo para erradicar el sesgo anticristiano”.
En mayo, creó la “Comisión de Libertad Religiosa”, liberando una hoja de hábil que solo hizo referencia directamente al cristianismo, a pesar de prometer promover el “pluralismo religioso pacífico de Estados Unidos”.
Hablando en un evento de jardín de rosas en ese momento, Trump cuestionó si la religión y el gobierno en el país deberían seguir siendo distintos.
“¿Se separa? ¿Es eso algo bueno o malo?” Dijo Trump en ese momento. “No estoy seguro.”
“Estamos trayendo la religión a nuestro país”, dijo.