Las nuevas reglas ponen un gran énfasis en el daño, una de las tres D de “los tres D” para la puntuación. Según las nuevas pautas, el daño “es el componente más valorado para juzgar una ronda porque no es una acción, sino un resultado directo de combates efectivos”.
El daño es el criterio principal para la puntuación, con técnicas de lucha efectivas (sorprendentes y luchadores) que resultan en daños. Por regla, el daño se outline como “técnicas de lucha authorized, cuyos resultados disminuyen la capacidad de un oponente y/o voluntad de competir”.
El daño incluye:
– derribo
– huelgas legales pesadas y/o conmocionadas a objetivos vitales
– huelgas legales que obligan al oponente a retirarse/reajustar o predeterminar a la defensa exclusivamente
– sorprendente y o liderazgo que conduce a lesiones visuales
– Los intentos de lucha o sumisión que hiperextenden las articulaciones o causan daños por rotación
– Ahoga que causan angustia seen
El daño, o la falta de él, ha sido un tema de conversación bajo reglas y luchadores anteriores y los fanáticos lucharon por comprender la forma en que los jueces obtuvieron peleas. Ahora mencionado 17 veces en las reglas, a diferencia de una vez en las pautas anteriores establecidas en 2016, el daño es esencial para ganar una ronda, y una necesidad para que una ronda se anotee 10-8 o 10-7.
Los otros dos “D”, dominio y duración, ahora ambos incluyen daño por definición.
El dominio, definido como “supremacía de posicionamiento, acción y/o volumen por un luchador durante un período de tiempo sostenido”, ahora se clasifica como tácticas exitosas destinadas a dar daño a daños.
Mientras tanto, la duración mide el tiempo o el porcentaje de la ronda dedicado a un luchador que establece con éxito el dominio y/o el daño.
Otro cambio significativo de reglas se produce cuando un juez no puede determinar un ganador basado en el daño a través de técnicas de lucha efectivas. Anteriormente, un juez gobernaría sobre la agresividad y el management del área de combate de manera escalonada.
La agresividad se refiere al esfuerzo ofensivo constante, mientras que el management del área de lucha se refiere a dictar el ritmo, el lugar y la posición de la lucha disputada.
Según las nuevas directrices, el management de la agresividad y el área de lucha se basará en “lo que impactara la ronda de una manera más significativa”.