Chase Elliott: el piloto más constante de NASCAR, pero ¿a qué precio?

Este domingo, la NASCAR Cup Series regresa al Texas Motor Speedway, escenario donde Chase Elliott consiguió su última victoria en la primavera pasada. A simple vista, Elliott llega a Fort Worth en una de sus mejores etapas recientes. Actualmente ocupa el cuarto lugar en la clasificación general, lo que representa su mejor posición desde que llegó al Championship 4 en 2022. Viene de un sólido quinto puesto en Talladega y no ha terminado fuera del Top 20 en ninguna de las 10 carreras disputadas en 2025. Según las probabilidades de DraftKings, Elliott está empatado con Tyler Reddick como el sexto favorito (+1000) para ganar el campeonato de este año, lo que lo posiciona como un contendiente serio a conquistar su segundo título, superando a su padre, Bill Elliott, quien se coronó en 1988.
Sin embargo, alcanzar la victoria se ha vuelto un reto mayor para Elliott. Desde finales de 2022, acumuló una racha de 42 carreras sin triunfos hasta que rompió esa sequía ganando el Autotrader EchoPark Automotive 400 en Texas, en abril de 2024. Pero ese repunte no marcó el inicio de una nueva etapa ganadora: tras el pasado fin de semana, su racha sin victorias se ha extendido a 37 carreras. En total, Elliott solo ha ganado una de sus últimas 80 participaciones en la Copa, una cifra comparable a los inicios de su carrera, donde obtuvo solo una victoria en sus primeras 99 carreras.
Desde el inicio de 2023, su porcentaje de victorias es de apenas 1.3%, muy por debajo del 10% que logró entre 2018 y 2022. Esta caída refleja una disminución general en el rendimiento del auto número 9. Si ampliamos el análisis, solo en el 28% de sus carreras ha terminado entre los cinco primeros y en el 53% ha logrado entrar al Top 10. Anteriormente, sus porcentajes eran de 36% y 55%, respectivamente.
Al mismo tiempo, Elliott ha logrado casi erradicar los resultados realmente malos. Entre 2018 y 2022, terminó fuera del Top 20 en el 22% de las carreras, y fuera del Top 30 en el 12%. De 2023 a 2025, esos números han mejorado: solo el 12% de sus carreras terminan fuera del Top 20 y apenas el 9% fuera del Top 30. Aunque su techo de rendimiento ha bajado, su piso ha subido, convirtiéndolo en un modelo de consistencia: casi nunca tiene un día realmente malo.
Este cambio puede observarse al analizar sus estadísticas clave: el promedio de posiciones finales, el Driver Rating promedio y el índice Adjusted Points+, que otorga más puntos por los mejores puestos, ajustado a una media de 100. El promedio de posiciones finales premia la regularidad, mientras que el Driver Rating destaca la dominancia constante y el índice Adjusted Points+ enfatiza las posiciones altas, restando importancia a los puestos fuera del Top 20.
Durante su mejor etapa, Elliott solía destacar más en Driver Rating y Adjusted Points+ que en promedio de llegada, lo que reflejaba su capacidad de dominar carreras, incluso si a veces los resultados no le acompañaban. Pero desde 2023, ha sucedido lo contrario: su posición en promedio de llegada ha sido mejor que en las otras métricas. El año pasado fue el número uno en promedio de llegada y este año está en tercer lugar, pero ocupa el quinto lugar en Adjusted Points+ y el noveno en Driver Rating.
Otras señales también apuntan a una disminución en su dominio. Entre 2018 y 2022, tuvo un récord de 333 victorias frente a 207 derrotas (61.7%) en duelos directos contra sus compañeros de equipo en Hendrick Motorsports. En 2023 bajó a 51-36 (58.6%), en 2024 empató 54-54 (50.0%) y en lo que va de 2025 lleva 12-18 (40.0%), lo que lo perfila para su primera temporada con récord negativo frente a sus compañeros desde su debut parcial en 2015 con el auto número 25, donde tuvo un 4-16 (20.0%).
Entonces, ¿cómo interpretar esta etapa de Elliott? A pesar del menor riesgo que está tomando en pista y de la disminución en sus victorias, su posición en la clasificación no se ha visto afectada. Sigue en el cuarto lugar, por detrás de sus compañeros William Byron, Kyle Larson y del veterano Denny Hamlin. Además, tiene buenas perspectivas en las próximas carreras: esta semana es séptimo en el ranking de Driver Rating proyectado y también se espera un buen rendimiento en pistas similares como Kansas, Charlotte y Michigan. Luego vendrá una racha con tres circuitos ruteros en cinco fechas, lo que podría favorecer a un piloto que alguna vez fue considerado el mejor especialista en circuitos mixtos de la NASCAR.