No es ningún secreto que cuando se trata de aviones militares, Estados Unidos tiene algunos de los más sofisticados. El país ha demostrado constantemente por qué sus aviones militares son de hecho los mejores en clase. Ya sea que estén centrados en el combate, se usen para el reconocimiento, o incluso la búsqueda y el rescate, estas manualidades cuentan con rasgos excepcionales, que incluyen velocidad, sigilo y potencia de fuego cruda cuando sea necesario. A lo largo de las décadas, el mundo ha visto algunos aviones verdaderamente espectaculares bajo la bandera de aviones de combate, dos de los cuales son el F-22 Raptor y el F-35 Lightning II.
A primera vista, estos dos aviones de combate pueden parecer que tienen el mismo propósito. ¿Un enemigo está en el cielo? Envíe para golpearlos. ¿Bien? Bueno, si bien eso puede ser cierto, y aunque ambos chorros son tan rápidos como los rayos y tienen un golpe malo cuando se trata de armamentos, el tipo de tecnología y maquinaria con la que vienen es lo que los distingue.
Por un lado, el F-22 es conocido por su velocidad, que excede fácilmente a Mach 2 (equivalente a 1,534.54 millas por hora), y hace del avión una superioridad de aire e intercepción perfecta y ágil. Por otro lado, el F-35 es conocido por su tecnología de sigilo avanzada. Mientras que más lento que el F-22, con solo Mach 1.6 (equivalente a 1,227.63 millas por hora), puede emprender una gama más amplia de misiones y roles, que incluyen soporte aéreo, combate aire-aire y eliminación de defensas aéreas.
Lockheed Martin jugó un papel importante en el desarrollo de ambos chorros
Tanto el F-22 Raptor como el F-35 Lightning II son obras de arte, y Lockheed Martin ha jugado un papel importante en su desarrollo. Entre los dos, el programa que resultó en el F-22 fue lo primero, después de la cita del ejército estadounidense de la necesidad de un nuevo avión de combate de superioridad aérea para reemplazar el F-15 en 1981. Por supuesto, el programa fue un éxito, con el primer F-22 F-22 los cielos en 1997.
Ambos aviones de combate vienen con motores Turbofan Pratt y Whitney. Sin embargo, el F-22 viene con motores de turbofán Duales F119-PW-100 que presionan un empuje combinado de 70,000 libras. En contraste, el F-35 presenta un solo motor F135 capaz de producir más de 40,000 libras de empuje. Esta diferencia en la potencia de salida es una de las razones por las cuales el Raptor F-22 es más rápido que el F-35. Aun así, el F-22 no tiene una variante que pueda flotar, despegar verticalmente o aterrizar, como el F-35.
El F-35 es un Jack-of-All-Trades
Cuando se trata de armamentos, el Raptor F-22 está equipado con misiles aire-aire de corto alcance AIM-9 Sidewinder, un cañón rotativo M61A2 Vulcan de 20 milímetros, AIM-120 amraams o AIM-120, y GBU-32 JDAMS (municiones de ataque directo articular). El F-35 está equipado con una variedad de armas adecuadas para su variante y país específicos. Por ejemplo, un F-35A que sirve en la Royal Australian Air Drive presenta AIM-120 Amraam, misiles Sidewinder AIM-9x, bombas guiadas por láser, un cañón interno de 25 milímetros Gau-22/A y BOBB GBU-31 JDAM.
Si bien el F-22 parece tener una ventaja sobre el F-35, especialmente cuando se tiene en cuenta las cosas como la velocidad, el F-35 se destaca como más un avión de combate Jack-de All-Trades. Actualmente es aclamado como el avión de combate más avanzado jamás hecho, y con una buena razón. Cada aspecto de su diseño se centra en hacerlo casi invisible para cualquier máquina en el aire, en tierra o en el agua. Todo, desde su forma y pintura hasta sus sensores y armas internos, funciona para minimizar la firma de radar del chorro. La aeronave también cuenta con una firma de calor del motor inferior y capacidades avanzadas de guerra electrónica, todo mientras ofrece variantes con características especializadas, como el sistema Liftsystem, que le permite flotar.