El regreso histórico del tenis femenino al Queen’s Club causa revuelo en la temporada de pasto

Después de más de cinco décadas de ausencia, el tenis femenino regresa al prestigioso Queen’s Club en Londres, y todas las miradas estarán puestas en figuras como Katie Boulter, Emma Raducanu y Naomi Osaka. A partir de la próxima semana, estas jugadoras tomarán el control del célebre club, marcando un hito esperado desde hace tiempo en la temporada de pasto. Aunque recientemente fueron Jack Draper y Carlos Alcaraz quienes acapararon los titulares en Roland-Garros, ahora les toca hacerse a un lado: es el turno de las mujeres. ¿Se tardó en llegar este momento? Sin duda. ¿Es un golpe social importante? Absolutamente.
“Es algo enorme”, afirma la directora del torneo y ex número uno británica, Laura Robson. Fundado en 1886, el Queen’s Club cuenta con una rica historia como sede nacional del real tennis y anfitrión del Abierto Británico. Esta tradición, combinada con su enorme popularidad, ofrece una apertura emocionante para la temporada de canchas de césped y una antesala irresistible a Wimbledon. Según Robson, el torneo masculino en Queen’s ha sido votado constantemente como el favorito de los jugadores, por lo que no sorprende que la incorporación de un torneo WTA 500 al HSBC Championships haya generado una avalancha de interés.
“Cuando las jugadoras supieron que el torneo regresaba, todas querían ser parte de él”, explicó Robson a Tatler. Y con justa razón: cada tenista en el cuadro principal –incluidas Jessica Pegula, Qinwen Zheng, Madison Keys y Emma Navarro– está dentro del top 30 del ranking mundial. “Londres es la ciudad favorita de muchas, y eso ha hecho muy fácil conseguir inscripciones”, comenta. ¿Habrá sorpresas? “Todavía quedan algunos comodines por asignar, así que esperamos más novedades…”, adelanta Robson.
Pero, ¿cómo se comparará este renovado torneo con el gigante glamuroso de Wimbledon? Aunque Wimbledon sigue siendo el evento social por excelencia, el Queen’s Club se perfila como la opción para quienes realmente entienden de tenis. Es más corto y de menor escala, pero eso significa que desde el inicio hay enfrentamientos exigentes, señala Robson. “En este momento, cada jugadora del cuadro está entre las 30 mejores del mundo. Normalmente, tendrías que esperar hasta la tercera ronda de Wimbledon –alrededor del sexto día– para ver partidos de este nivel.”
Imagina un duelo entre Boulter y Osaka, o Raducanu frente a Pegula. “Ningún partido será fácil”, advierte Robson. Además, destaca que las canchas de práctica en el Queen’s Club son mucho más accesibles, lo que permitirá a los fanáticos acercarse al máximo a las jugadoras en las zonas destinadas al público. En definitiva, Wimbledon tiene competencia.